La actual avenida de la Malva-rosa toma su nombre de la finca que se
hizo construir allí el botánico francés y en torno a la cual crecería
años más tarde el barrio de la Malva-rosa.
En 1856, Robillard
adquiere unos terrenos de marjal al norte del Cabanyal. Robillard desecó
los terrenos existentes y sobre los mismos puso en marcha una finca
dedicada al cultivo de geranios «pelargonium capitatum», una flor
originaria de Cabo Verde conocida comunmente como malva-rosa, que
cultivó a escala industrial para su fábrica de esencias.
Entre su
legado a la sociedad valenciana destaca la mejora de la salubridad de
los terrenos que constituían el actual barrio de la Malvarrosa y el
origen de su nombre; su labor en la reordenación del Jardín Botánico y
en el diseño de los invernaderos; así como su aportación a la
modernización de la agricultura valenciana y al desarrollo del tejido
industrial del siglo XIX, apuntó ayer Miguel Angel Belenguer en su
conferencia.
Robillard contribuyó a la difusión del nombre de
Valencia por los cinco continentes debido a la fama de su
establecimiento de horticultura, su fábrica de jabones y esencias y la
divulgación científica de su tarea en numerosas publicaciones.
Robillard,
que fue jardinero jefe de los Campos Eliseos, se formó en el «Institut
Horticole de Fromont»y en el «Jardin de Plantes» de París, donde también
estudió Cavanilles.
Establece su residencia en una alquería en el
camino de la Malvarrosa, „junto al actual Campo de Fútbol de la
Malvarrosa„, y en estos terrenos instala fuentes e invernaderos. De
espíritu innovador, Robillard aprovechó el buen rendimiento de la
malva-rosa, su riqueza en aceite esencial y sus conocimientos
científicos para montar en 1860 una fábrica de esencias en una antigüa
fundición „situada entre la actual plaza de Vera y la avenida de la
Malva-rosa„ donde produce esencias de malva-rosa, verbena, artemisia,
nardos y aceite de almendras.
Sus esencias son presentadas en la
Exposición de Londres de 1862 y en la de Paris de 1867, obteniendo el
reconocimiento de Eugene Rimmel, padre de la cosmética moderna, y una
medalla de bronce en la Exposición de París, así como referencias en
todas las publicaciones importantes sobre aceites esenciales para la
fabricación de perfumes de la época.
A todo esto, convierten a Robillard en«el vecino más ilustre y universal
que hemos tenido en el barrio, por detrás de Blasco Ibáñez».
Robillard
era francés de origen y valenciano de adopción. De hecho está enterrado
desde 1888 en el Cementerio del Cabanyal como un valenciano más.
Algunos de los descendientes de Robillard viven en Valencia.
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