El 14 de febrero se festeja una de las celebraciones
más populares del calendario. Es el Día de San Valentín, una fecha que
combina a la perfección amor y consumo. Así, entre corazones y
flechazos, se intercambian tarjetas, flores, bombones y joyas, que dan
pie a un esperado boom comercial.
Incorporado al santoral en 1969, el Día de San Valentín se conmemora en
casi todo el mundo. Tal como se practica hoy, esta costumbre se inició
en los países de habla inglesa en el siglo XVIII y hace algunos años
—marketing e internet mediante—, llegó a los países latinos. Sobre su
origen, aún no hay acuerdo: tres leyendas (que no son contradictorias y
bien pudieron sucederse) intentan explicar la tradición.
En orden cronológico, la primera cuenta que en el año 270 el emperador
romano Claudio II prohibió, mediante un edicto, el matrimonio con el
argumento de que los recién casados se negaban a ir a la guerra. Fue
entonces cuando el obispo Valentín comenzó a casar a las parejas de
manera clandestina
Muchos piensan que San Valentín se celebra desde hace poco y que
surgió por el interés de los grandes centros comerciales, pero su origen
se remonta a la época del Imperio Romano.
San Valentín
era un sacerdote que hacia el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba el
emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de
matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin
familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras.
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